theChainsawMassacre: agosto 2004

Como ya os he contado un poco más abajo, este verano he estado en Banyuls-sur-mer, o Banyuls de la Merenda. Desde hace bastante tiempo tengo una especial predilección por los pueblos de la Costa Brava francesa (Cerbére, Banyuls, Port Vendrés y Colliure), y tengo por costumbre una vez al año, por allá septiembre u octubre, llegarme un día a un pueblo de estos a tomarme algo apalancado en alguna terracita de bar y visitar la tumba de Machado en el cementerio de Colliure. Mira… dime raro, pero es una de esas cosas que me relajan…
Este año, como no me iba bien llegarme hasta el Larzac, he decidí irme a pasar 4 días por estos pueblos, así que empecé a llamar por teléfono a todos los hoteles de precio asequible habidos y por haber, con el mismo resultado: no hay habitaciones libres. Hasta que decidí enviar mi tacañería a tomar pol saco, y me metí en un garito de esos que te cobran hasta por pedir la hora. Cuando me meto en un sitio de estos caros, alucino con la reacción del servicio y de los clientes. No acaban de adaptarse a ver andar por sus instalaciones a un sujeto con pelo largo y mal arreglado, con barba de 15 días acumulada en el jeto y con camisetas que, si ellos entendieran lo que pone, las considerarían un verdadero "insulto". Y la verdad, es que yo nunca me adaptaré a que me llamen "señor" ni "monsieur"… pero bueno, si no hay nada mejor, que se jodan ellos, que pa eso me despluman por solo dormir.
Al llegar al hotel, yo esperaba otra cosa. No, no me refiero a más o menos lujo ni nada por el estilo, si no que por muy francés que fuese el hotel, al estar situado tan al sur (a sólo 20 kms. de la frontera) y al lado de la playa, no me entraba en la cabeza que lo hubiesen revestido todo de moqueta. Nunca he entendido la costumbre que tienen los galos por colocar moqueta en todas partes. No hay ningún hotel donde haya estado en toda Francia que no esté enmoquetado hasta la taza de váter. Si les gusta tener unos ácaros del tamaño de langostinos, pues ellos mismos, pero yo no le acabo de pillar la gracia.
Banyuls, como buen pueblo costero, durante el verano se llena de guiris (si, entre ellos me encontraba yo), feriantes y gente con ganas de fiesta nocturna. Vayamos por partes:
Los guris: no hay diferencia entre los que disfrutan del sol en nuestras costas y los que se cuecen más allá de los Pirineos. Un elevado tanto por ciento tiene una tonalidad de piel cercana al Pantone® 485, algo parecido a un pimiento. Buscan la cerveza como locos, se pasean medio en bolas por las calles de los pueblos y cargan con todo tipo de cacharros hinchables, desde la típica colchoneta, hasta una especie de churro de un par de metros de largo que es el rey de la fiesta cuando su dueño se pasea con él por las calles estrechas y llenas de expositores de la población.
Los feriantes: por la pinta que tienen, son los mismos que vienen a mi pueblo durante la Festa Major, pero si uno se fija bien, los cacharros que llevan son bastante más antediluvianos que los que hay por aquí las Españas. A parte de los consabidos "pulpos", tío vivos, autos de choque y demás artilugios llenos de bombillas (los cuales tienen que estar diseñados por mentes enfermas, por seres no humanos o por el tío que cantaba con los Boney M. O las tres cosas a la vez, cosa también bastante lógica), los feriantes franceses aún cargan con la maquinita esa que está compuesta por dos "cascadas" de monedas, y a la cual tu añadías más monedas para hacer caer las que están más al borde. Este cacharro es una de las atracciones donde se concentra más gente, en especial (atención!!) mogollón de críos cargados con vasos de plástico llenos de unas piezas del tamaño de un moneda de 5 duros del Franco. No tengo ni puta idea de cuanto dinero pagaban por unas 100 piezas de esas, pero pude ver a chavales de unos 8 o 9 añitos, con serias dificultades para llegar al engullidor, que tenían más destreza con la maquinita de los cojones, que el Íñigo de Gran Hermano sacándose los mocos. El señor de las tragaperras francesas puede estar tranquilo, ya que le sube una cantera de ludópatas con más vicio que Pocholo.
Los fiesteros: En este tema es donde los galos difieren más de los ibéricos. En estos pueblos pequeños, donde no hay discotecas, se pueden observar dos grupos: los jóvenes o modernillos, y los entrado en años o "tradicionalistas".
Los primeros son bastante fáciles de contentar. Les montas un karaoke y un bar y pierden el norte. Los tíos se quitan la camiseta, se agarran entre ellos y berrean cualquier horterada que les tiren levantando el puño.
El grupo de "tradicionalistas" es más complicado de entender. A estos dales rollo folclórico y nada más. Lo jodido es que no sé si es por culpa de la alta graduación de vino de Banyuls o que alguien los ha engañado con el concepto "latino", pero estos tipos se han liado de lo lindo. En una de las "fiestas catalanas" que se acostumbran a celebrar en verano para entretener a las hordas de turistas, se pueden llegar a mezclar una "colla sardanista", una cuadrilla de franceses vestidos de toreros, un par de mulatonas caribeñas enseñando cacha, un grupo de "castellers" y una orquesta que se llame "Gipsy Kings II" aporreando repetidamente "El Venao", mientras la gente intenta bailar algo así como un tango. No miento, lo he visto con mis propios ojos.

Pues bueno, para terminar unos puntos que pueden interesar a los que quiera visitar la zona (realmente vale la pena, de verdad):
1.- La carretera de la costa es muy jodida, estrecha y llena de curvas. Pero que eso no os acojone. Las vistas desde ahí son para flipar. Es justamente donde los Pirineos se la pegan contra el mar y lo hacen con mucha mala leche y de forma muy brusca. Si os gusta hacer fotos de paisajes, aquí os vais a hartar.
2.- Por poco conocida que sea la zona, no os confiéis, intentar reservar hoteles o pensiones desde casa. Sólo hay 4 pueblos y están bastante llenos de gente.
3.- Visitar Colliure, Aunque esté a parir de coches y motos, aparcad en las afueras y bajáis caminando hasta el núcleo urbano. El castillo que hay al lado del mar está de puta madre y el cementerio (con la tumba de Machado) está en pleno centro, justo detrás de la plaza principal del pueblo.
4.- Por el idioma tranquilos. Hay bastantes españoles viviendo ahí. La mayoría son emigrantes andaluces y catalanes o exiliados de la guerra. Además, a base de teatrillo tampoco es tan difícil pedir comida, bebida y lugar para dormir.
5.- La playas son feas, no esperéis gran cosa de ellas. Eso si, desde la carretera se puede acceder a algunas calas minúsculas donde uno puede estar bastante tranquilo.
6.- El vino de Banyuls es asesino. Pero está de muerte.
7.- Si no vais durante el verano, al loro que ahí hace un frío de cojones.
8.- El tabaco cuesta el doble. No seáis tan gilipuertas como yo y la cagueis.
9.- Si pasáis por PortBou, le pegáis una patada en los cojones al dueño de la última gasolinera del lado español (justo un quilómetro antes del garito de la frontera). Si os dice algo, le comentáis que vais de parte mía y que las botellas de agua a 5 euros se las puede meter por el culo.
10.- Para comer hay pescado y bicho de esos para hacer mariscadas. No os privéis. Si la economía no da para más, podéis pillar un sobredosis de mejillones al estragón a buen precio. Y si no, pizzas al canto.

Hala, a cascarla por ahí!

theChainsawMassacre

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