18.10.03

El jueves por la noche asistí a la sesión inaugural del Festival de Cinema Negre de Manresa. Que nadie se vaya a pensar que soy uno de esos que tiene una faena que le permite ir a los saraos y codearse con actores, directores, músicos, folclóricas, deportistas y actrices porno. Que más quisiera yo. Tampoco me dedico a asistir a festivales, ni guateques, ni cócteles, ni repartos de croquetas servidas en platos que no son de plástico. Simplemente se da la circunstancia que a 20 kms de mi pueblo se monta este festival, tengo algun colega que está metido en la organización y me pasa invitaciones. Bueno, la verdad es que para ver un peli de los Coen, aunque me hicieran pagar el doble de lo que vale una entrada en cualquier sala, la pagaría. Soy catalan, pero sin pasarse.

Pues bien, a eso de las 9 y media comenzó la juerga. Entramos en el recinto del festival (gracias a la jeta
de mi amigo J.G.), y me dio la impresión que yo estaba allí fuera de lugar. Para empezar, todo dios iba
vestido con americana y zapatos. Yo había salido de currar hacía poco rato y me presenté con una camisa modelo "orgullo obrero" (de esas de cuadros), pantalones tejanos y calzado deportivo. Y la peña era de lo más variopinto, pero todos con un no-se-que que les unía. Muchas barbas (en el caso de los tios, claro), muchas sonrisas, vestiditos caros y peinados con laca para montar 14 agujeros en la capa de ozono y una especie de glamour de pueblo flotando en ambiente (es que esto es la Catalunya profunda y no Hollywood...). Los temas de conversa eran los típicos de estos casos... Que si Fritz Lang, que si Eisenstein, que si Bergman... Como para entrar en la sala con palomitas, vamos, que me capan. Pues bien, se apagan las luces, salen los presentadores al escenario y llega la primera de las sorpresas de la noche. Resulta que uno de los dos tipos que presentaban la sesión era uno de los integrantes de El Cansancio. Carcajadas a tutiplen.

Enmedio de los discursos y tal, se le hace entrega a Luis García Berlanga de un premio. En este festival se entregan los premio "Plácido" en homenaje a dicha película, que fue rodada en Manresa, y en su 5a edición se homenajea al director de la peli. Sale Berlanga al escenario, pasa totalmente del alcalde de la ciudad, que le debía entregar el premio (que mal me cae este tio. El alcalde quiero decir), y se va directamente hacia el humorista del Cansancio a felicitarle, asi que no os extrañe si en su próxima peli sale un tio con gafas y la nariz grande contando chistes.

Acto seguido empieza la proyección de "Intolerable crueldad". Como ya os dije, yo era bastante escéptico con esta película. Me he tragado varias veces todo el material de los Coen y lo encuentro PER-FEC-TO, así que cada vez que estrenan algo, me entra un acojone pensando que la van a cagar, ya que un día u otro perderán el buen gusto y la inspiración. Y más si los protagonistas pertenecen al grupito de actores "comerciales" de Hollywood. Le pido a una tipa con gafas de culo de botella y cara de cinéfila que se sentaba un par de butacas más allá si en la peli sale Buscemi o Turturro. Negativo. Me empiezo a cabrear. No está ninguno de los fetiches Coen. Y además el film empieza con un tio en coche, escuchando el "The Boxer" Simon & Grafunkel a toda leche. Me emparanoio con el asunto de "claro, utilizan un pedazo de clásico de la música y así te colocan hasta la BSO". Termina la escena y empiezan los créditos. Ahí me cambia el careto (para bien). Un diseño acojonante acompañado por el "Suspicious mind" de Elvis. Tal vez la película no pase a la historia, pero esos tres minutillos son para darle un premio.

Ya de lleno, el film trata de un abogado matrimonialista de alto standing que gana todos los casos, y de una jaca de mojar pan, arruinada por dicho abogado que intenta vengarse de él utilizando sus propias armas. En definitiva, una película de triunfadores que se hacen la putadas unos a otros, donde el más tonto vive en una mansión del tamaño del Maracaná. Breves aparaciones de frikis al más puro estilo Coen, como Joe "el asmático", un gorila que quedará en el recuerdo de los fans de Joel y Ethan justo al lado del mismísimo Jesus Quintana. Buenos gags, mucho humor inteligente y por desgracia algún chiste fácil y previsible... pero bueno, se nota que finalmente, y por desgracia nuestra, estos directores entran definitivamente dentro del circuito comercial y de masas. Un día u otro tenía que pasar, no?

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