H dios O

Uno ya tiene una cierta edad y empiezo ya criar barriga y cosas de esas polisaturadas o como leches se llame, y como no me entusiasma correr como Forrest y mis amigos son demasiado bestias para el fútbol, pues me decidí a meterme en esto de la natación en plan tranquilo. Me he sacado un bono de esos que te dejan pasearte por la piscina tantas veces como quieras y sentirte chipirón de lunes a domingo. Yo para no ponerme nervioso, sólo voy los jueves a eso de las 8 de la tarde y me marco unos largos que ya quisiera el propio Mark Spitz. Sinceramente, no es lo que me esperaba. A mi lo que me gusta es chapotear, darme barrigazos y hacer el descerebrado, pero no, ahí no dejan hacer todo eso. Para empezar me obligan a ponerme un gorro de goma que, dada la cantidad de pelo, me deja la cabeza bastante apretada, por razones higiénicas o no sé que. Vale, de acuerdo, me pongo el puto gorro, pero cuando yo era pequeño, el gorrito de las pelotas sólo lo llevaban las jubiladas. A llevar gafas sólo te obliga el sentido común. El primer día me metí sin ellas y cuando llegué a casa parecía que se me iban a salir los ojos de las cuencas oculares. Así que gafas al canto. Y por último, el episodio del bañador. Uno, que es bastante desastre para esto de las compras, va y se compra un bañador en menos de 10 segundos: "-Ese mismo, el de 5,95 euros", y claro, por mil pelas poca cosa me podían dar. Ya es mucho que no se diluya en el agua, pero cada vez que doy un paso se me sale un huevo por uno de los lados. Mis entradas al recinto con un gorro que sólo me tapa un trozo de cabeza y me salen más de un palmo de pelo por los lados y por detrás, las gafas, y un huevo asomando por el bañador causan estragos, pero bueno, la peña ya se ha acostumbrado y los niños ya no huyen de mi.
Mi partenaire en esto de avanzar por el agua y mantener el ritmo es mi parienta. Ella se pone y no para, es una chica que sabe mantener un buen ritmo, lentito pero constante. Por mi parte, soy capaz de ganar al 99% de la población en distancias inferiores a 25 metros. Vamos, que hago una piscina a velocidad brutal y a la segunda ya tiene que venir el socorrista con un palo metálico a pedirme si necesito ayuda. El otro día el muy gracioso me comentó que llevaba 15 años de socorrista y yo era el primer bañista capaz de sudar dentro del agua. Hijoputa, ya te querría ver yo en mi situación, con un paquete de Fortuna diario, una chichonera de goma que no deja ni pensar y el temor de que un crio te pille un huevo pensando que es una pelotita. Pues eso, que me canso a más no poder. No quiero ni pensar lo canutas que las pasó el David Meca para ir de Valencia a Mallorca nadando (que será un mérito, pero habiendo barcos tampoco le veo yo la gracia).
Bueno, pues que ahora mismo no veo ni resultados ni nada. Mi incipiente barriga sigue tan hermosa como hace 4 meses, cada jueves estoy al borde del colapso cardíaco y la casa Speedo no se plantea comercializar gorros de la talla Jumbo. Por mi parte no pierdo la esperanza de hacer mas de 50 metros seguidos por dentro del agua sin que me vengan arcadas.
PD: Si no escribo nada durante un tiempo, no creais que me he ahogado, han doblado el turno de socorristas los jueves por la tarde.